-: Me da a
mí que es al revés. – Dijo Danny.
Alcé una
ceja.
Danny: ¿Te
gusta la fotografía?
Yo: La amo.
Danny: ¿En
serio? ¡Qué guay! Sácame una foto, a ver si es que sabes sacar buenas fotos.
Yo: Venga,
posa.
Puso una
mano en su cintura, abrió la boca y puso la mano en frente. Subió su pierna
derecha y empezó a pestañear rápidamente.
Saqué la
foto y me empecé a reír al verla.
Danny: A
ver, a ver. – Dijo acercándose a mí.
Yo: Mira.-
Dije enseñándosela.
Danny: Eh,
pues no salgo ni tal mal… Es verdad es que sabes sacar buenas fotos.
Le sonreí.
Yo: ¿Y qué
haces por aquí?
Danny: He
venido a pasar el tiempo. Es sábado y no tengo nada que hacer en casa.
Yo: Ah,
bien.
Danny: ¿Y tú?
Yo: Lo mismo.
Danny: ¿Te
apetece dar una vuelta por el parque y seguimos sacándonos fotos?
Yo: Me
apetece.- Dijo sonriendo de medio lado.
A medida que
íbamos paseando por el parque, Danny quería sacarse una foto en cada esquina.
Teníamos ya como cincuenta fotos saliendo los dos con caras extrañas. Nos
sentamos en un banco que teníamos a la derecha y empezamos a hablar para
conocernos mejor.
Danny: Así
que de Plymouth, eh.
Asentí.
Yo: ¿Y tú eres
de aquí?
Danny: Sí,
nací aquí.
Yo: ¿En este
parque? – Dije bromeando.
Negó con la
cabeza sonriendo junto con una carcajada que salió de su garganta.
Danny: Eres
diferente. - Le miré dudosa a los ojos. – A ver, no en el mal sentido… Si no
que no eres como las típicas chicas del colegio.
Yo:
¿Entonces? – Pregunté curiosa.
Danny: No sé…
ellas tienen tanto dinero que de alguna forma, las va comiendo la cabeza poco a
poco. Y en cambio tú, eres diferente a todo eso. Eres simpática, divertida,
haces bromas de las cuales a veces no sabes si reír o llorar. – Soltó una
carcajada.- No te importa la apariencia
ni el dinero que puede llegar a tener los demás. – Sonrió.- A eso me refería.
Yo: Eh… no…
no sé qué decir.- Mis mejillas se
tornaron rojizas.
Danny: No
hace falta que digas nada.- Dijo sonriendo.- Suelo decir todo lo que pienso de
las personas… a veces.- Se quedó pensativo.
Yo: ¿A
veces?
Danny: Es
una larga historia y a la vez difícil de explicar. Pero algún día te la contaré.
Te lo prometo.
Asentí.
Danny: ¿Y
cuál es tu color favorito? Dime que el rosa no, por favor.
Yo: El rosa.
– Dije mirándole serie mientras su cara reflejaba preocupación.- Hahaha, no. Es
el azul, odio el rosa.
Danny: Uff.-
Suspiró aliviado.- ¿El azul? ¡El mío también!
Yo: ¿En
serio? Guay. – Dije sonriendo.
Danny: Ahora
pregunta tú.
Yo: Em…
Comida favorita.
Danny: Muy
típico, pero las hamburguesas. ¿El tuyo?
Yo:
Macarrones.
Danny: Bien.
¿Te dejaste a alguien en Plymouth? Novio y eso.- Dijo curioso.
Yo: Eh,
cotilla. – Dije dándole un leve puñetazo en el hombro.
Danny: Anda,
contesta.- Dijo insistiendo.
Yo: No.
Danny: No,
¿Qué?
Yo: Que no
he dejado a nadie en Plymouth.
Danny:
Vale.- Dijo dejándose ver cierta sonrisa.
Yo: ¿Te
gusta alguien?
Danny: Em… - Se quedó pensativo.- no. ¿A ti?
Yo: No. –
Contesté rápidamente.
Su móvil
empezó a sonar.
Yo: Cógelo,
no me importa.
Danny:
Vale.- Descolgó. – Hola, Stella… ¿Esta tarde? ¿A qué hora?... ¿Te paso a
recoger a casa?... Vale, hasta luego… Y yo. – Colgó.- Era Stella, quiere que
quedemos para ir al cine esta tarde.
Yo: Oh,
vale. – Dije asintiendo.
Danny: Lo
siento, pero me tengo que ir. Nos vemos, eh. – Sonrió amablemente.
Yo: Claro.
Danny: Y
quiero que te pases por mi casa cuando tengas las fotos reveladas, que quiero
verlas.- Dijo giñándome un ojo a lo que yo asentí enrojeciéndome levemente.
Empezó a
correr a través del parque y yo me senté en un banco mirando todas las fotos
ambos nos habíamos sacado.
Miré la hora
que era y me dispuse a andar a mi ritmo hasta llegar a casa. Me colgué la
cámara del cuello al entrar en mi calle para así poder coger las llaves que
tenía en el bolsillo. Cuando iba a
meter la llave en la cerradura escuché una voz procedente detrás de mí.
-:
Imposible.
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