sábado, 7 de enero de 2012

Capítulo 3.


-: Me da a mí que es al revés. – Dijo Danny.

Alcé una ceja.

Danny: ¿Te gusta la fotografía?
Yo: La amo.
Danny: ¿En serio? ¡Qué guay! Sácame una foto, a ver si es que sabes sacar buenas fotos.
Yo: Venga, posa.

Puso una mano en su cintura, abrió la boca y puso la mano en frente. Subió su pierna derecha y empezó a pestañear rápidamente.

Saqué la foto y me empecé a reír al verla.

Danny: A ver, a ver. – Dijo acercándose a mí.
Yo: Mira.- Dije enseñándosela.
Danny: Eh, pues no salgo ni tal mal… Es verdad es que sabes sacar buenas fotos.
Le sonreí.
Yo: ¿Y qué haces por aquí?
Danny: He venido a pasar el tiempo. Es sábado y no tengo nada que hacer en casa.
Yo: Ah, bien.
Danny: ¿Y tú?
Yo: Lo mismo.
Danny: ¿Te apetece dar una vuelta por el parque y seguimos sacándonos fotos?
Yo: Me apetece.- Dijo sonriendo de medio lado.

A medida que íbamos paseando por el parque, Danny quería sacarse una foto en cada esquina. Teníamos ya como cincuenta fotos saliendo los dos con caras extrañas. Nos sentamos en un banco que teníamos a la derecha y empezamos a hablar para conocernos mejor.

Danny: Así que de Plymouth, eh.

Asentí.

Yo: ¿Y tú eres de aquí?
Danny: Sí, nací aquí.
Yo: ¿En este parque? – Dije bromeando.

Negó con la cabeza sonriendo junto con una carcajada que salió de su garganta.

Danny: Eres diferente. - Le miré dudosa a los ojos. – A ver, no en el mal sentido… Si no que no eres como las típicas chicas del colegio.
Yo: ¿Entonces? – Pregunté curiosa.
Danny: No sé… ellas tienen tanto dinero que de alguna forma, las va comiendo la cabeza poco a poco. Y en cambio tú, eres diferente a todo eso. Eres simpática, divertida, haces bromas de las cuales a veces no sabes si reír o llorar. – Soltó una carcajada.-  No te importa la apariencia ni el dinero que puede llegar a tener los demás. – Sonrió.- A eso me refería.
Yo: Eh… no… no sé qué decir.- Mis mejillas  se tornaron rojizas.
Danny: No hace falta que digas nada.- Dijo sonriendo.- Suelo decir todo lo que pienso de las personas… a veces.- Se quedó pensativo.
Yo: ¿A veces?
Danny: Es una larga historia y a la vez difícil de explicar. Pero algún día te la contaré. Te lo prometo.

Asentí.

Danny: ¿Y cuál es tu color favorito? Dime que el rosa no, por favor.
Yo: El rosa. – Dije mirándole serie mientras su cara reflejaba preocupación.- Hahaha, no. Es el azul, odio el rosa.
Danny: Uff.- Suspiró aliviado.- ¿El azul? ¡El mío también!
Yo: ¿En serio? Guay. – Dije sonriendo.
Danny: Ahora pregunta tú.
Yo: Em… Comida favorita.
Danny: Muy típico, pero las hamburguesas. ¿El tuyo?
Yo: Macarrones.
Danny: Bien. ¿Te dejaste a alguien en Plymouth? Novio y eso.- Dijo curioso.
Yo: Eh, cotilla. – Dije dándole un leve puñetazo en el hombro.
Danny: Anda, contesta.- Dijo insistiendo.
Yo: No.
Danny: No, ¿Qué?
Yo: Que no he dejado a nadie en Plymouth.
Danny: Vale.- Dijo dejándose ver cierta sonrisa.
Yo: ¿Te gusta alguien?
Danny: Em… - Se quedó pensativo.-  no. ¿A ti?
Yo: No. – Contesté rápidamente.

Su móvil empezó a sonar.

Yo: Cógelo, no me importa.

Danny: Vale.- Descolgó. – Hola, Stella… ¿Esta tarde? ¿A qué hora?... ¿Te paso a recoger a casa?... Vale, hasta luego… Y yo. – Colgó.- Era Stella, quiere que quedemos para ir al cine esta tarde.
Yo: Oh, vale. – Dije asintiendo.
Danny: Lo siento, pero me tengo que ir. Nos vemos, eh. – Sonrió amablemente.
Yo: Claro.
Danny: Y quiero que te pases por mi casa cuando tengas las fotos reveladas, que quiero verlas.- Dijo giñándome un ojo a lo que yo asentí enrojeciéndome levemente.

Empezó a correr a través del parque y yo me senté en un banco mirando todas las fotos ambos nos habíamos sacado.

Miré la hora que era y me dispuse a andar a mi ritmo hasta llegar a casa. Me colgué la cámara del cuello al entrar en mi calle para así poder coger las llaves que tenía en el bolsillo. Cuando iba a meter la llave en la cerradura escuché una voz procedente detrás de mí.

-: Imposible. 

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