domingo, 22 de enero de 2012

Capítulo 4.


Cerré los ojos fuertemente y el corazón se me disparó. A penas podía respirar bien, estaba demasiado nerviosa. Me di la vuelta lentamente y miré a Vicky. Ella negaba con la cabeza a la vez que me miraba indignada.

Yo: Déjame a que te lo explique, Vicky…
Vicky: Explicarme, ¿qué? ¿Qué cómo te haces pasar por alguien que no eres? ¿Por como tienes a todos engañados?
Yo: Por favor, entra en mi casa y te lo explico…
Vicky: No, gracias. No quiero relacionarme con gente que miente a los demás.

Agaché la cabeza avergonzada.

Yo: Si quieres no me hables más, pero solo déjame que te lo explique  y te vas.

Se lo pensó por espacio de unos segundos y asintió.

Terminé de abrir la puerta de mi casa y la invité a pasar.

Yo: Mamá, ya estoy en casa.
Cath: Hola, cariñ… ¿Quién eres? – Dijo sonriente.
Vicky: Me llamo Vicky Jones. Soy la vecina de al lado, voy al colegio con Taylor.
Cath: Ah, qué bien. Bueno, os dejo que voy a seguir haciendo la comida.

Mi madre entró en la cocina y nosotras subimos las escaleras. Nada más entrar en mi cuarto, ella se sentó en la cama y yo en la silla de mi escritorio.

Vicky: Bonita habitación. - Dijo mirando a su alrededor. A decir verdad me gustaba como quedó mi cuarto.
Yo: Gracias.
Vicky: Bueno, explícame.
Yo: Verás… Vine a esta ciudad por motivos de trabajo de mi padre. Es verdad que trabaja en una empresa de moda, pero no es el jefe; es el repartidor. Se encarga de repartir todas las prendas a diversas tiendas. Y no estoy avergonzada del estatus de tengo… para nada. Pero eso no lo pensaría la gente de ese colegio. Ellos me querían ver estudiando en un buen instituto y… me hice pasar por quien no era por eso. No soportaría que me reprocharan que no tenga la misma cuenta bancaria que ellos.
Vicky: Y es mejor mentir, ¿no?
Yo: No me juzgues, Vicky. Pues por lo que tengo entendido, tú también te haces pasar por alguien que no eres.
Vicky: Pero eso es diferente, Taylor.
Yo: No lo es, y lo sabes…

Nos quedamos en silencio un buen rato.

Vicky: Vale… lo siento.
Yo: Pero por favor, no digas nada.
Vicky: Tranquila, tu secreto está a salvo conmigo.

Ambas sonreímos.

Yo: Gracias.
Vicky: Ahora dime,  ¿Cómo aguantas a Stella?
Yo: No lo sé…
Vicky: Ni yo, está todo el día mandando órdenes. Es odiosa. ¿Por qué vas con ella?

Me encogí de hombros, pues no sabía que responder.

Yo: ¿Te apetece quedarte a comer? – Dije sonriéndole.
Vicky: Me encantaría.

La media mañana pasó tranquila y sin complicaciones. Vicky y yo habíamos la habíamos pasado juntas. Estuvimos en mi habitación escuchando música y contándonos cosas sobre nosotras. Ojalá fuese con ella en los recreos, era diferente a las demás. No era como Stella que estaba todo el día mandando e insultando para poder sentirse mejor consigo misma. Pero las cosas no eran así de fáciles.

Vicky se tuvo que ir ya a su casa, pues su madre ya la estaba llamando. Tenía ciertas vibraciones que llegaríamos a ser grandes amigas. Y no solo nosotras dos, si nos nuestras familias. En un futuro nos veía cenando en día de acción de gracias o navidad con ellos.
El resto del día pasó monótono y efímero. Me fui a la cama temprano, ya que mañana ya tenía que volver a mi rutinaria vida cual estaba incluida el instituto.

POV Vicky.

Acaba de llegar de casa de Taylor. Esa chica era simpática y diferente. Intenté hacer el menor ruido posible para que nadie me preguntara dónde y con quién había estado, pues no tenía respuestas verdaderas a ambas preguntas. Le había prometido a Taylor que no diría nada sobre donde vivía ni quiénes eran sus padres. Pero como siempre, la suerte nunca está de mi lado.
Danny apareció de repente por el pasillo con una sonrisa pilla. Cerré los ojos y encogí los hombros cruzando los dedos para que no me preguntara la pregunta que más temía en estos momentos.

Danny: ¿Dónde estabas?

Mierda, ¿Por qué tendré tan mala suerte? ¿Por qué?

Yo: Eh… en ninguna parte.
Danny: Ya… ¿Con quién?
Yo: Yo… yo sola.

Lo malo que había en mí es que no sabía mentir, y menos a mi hermano. Me intimidaba su mirada. Raro, pero cierto.

Danny: ¿Por qué me mientes? – Dijo alzando una ceja.
Yo: No miento.
Danny: Ya, y yo me chupo el dedo.
Yo: En cierto modo… sí lo haces.
Danny: ¡Lo hice una vez y era porque tenía una pesadilla! – Me miró de manera amenazante por haberle recordado escena tan bochornosa para un chico de dieciséis años.
Yo: Ya… seguro.- Solté una carcajada.
Danny: Pero no me cambies de tema. Dímelo, sabes que no diré nada a mamá ni papá.
Yo: Olvídame, Danny. – Dije abriendo la puerta de mi cuarto.
Danny: Lo descubriré, ya lo sabes.- Fue lo último que oí antes de que cerrase la puerta de mi habitación para que así, no me acabara sacando todo, como siempre pasa.

En el resto del día no salí, pese a que Carrie y Tom me llamaron para ir al cine. No me apetecía mucho, ya que me dolía levemente la cabeza.

Me fue a la cama temprano y para mañana por lo menos saber que dicen los profesores. 
El despertador sonó y di un brinco en la cama para levantarme de un salto de ella. Fui directamente a mi armario y me vestí. Simplemente unos pantalones y una sudadera. Los iba a echar de menos, ya que el colegio quería poner uniforme y a decir verdad, no me apetecía nada llevar una falta con medias. 

Bajé las escaleras para ir a coger mi desayuno, cual lo constituía una donuts y un zumo de naranja.

Yo: Buenos días.
Danny: Buenos días. ¿Has dormido bien?
Yo: Sí… ¿por?
Danny: Ay, no sé. Tal vez estabas pensando en la persona con la que estabas ayer.
Yo: ¿Todavía sigues con eso? Qué pasado eres…
Danny: Y más que lo seré. ¿Nos vamos? Estamos con cierto retraso.
Yo: Esto… ve tú, ya iré yo después.
Danny: Vale… - Dijo no muy convencido.

Cogió su donut y salió por la puerta de casa.

POV Taylor.

Como siempre, ya iba con cierto retraso cuando escuché el timbre sonar. Me puse la chaqueta apresuradamente y bajé las escaleras saltando los últimos tres escalones. Abrí la puerta con una y sonreí al ver de quien se trataba.

Yo: Buenos días, Vicky.
Vicky: Buenos días.

Salí del interior de mi casa y cerré la puerta tras de mí.

Vicky: ¡Venga! Anda más rápido que llegamos tarde.- Dijo tirando de la manga de mi chaqueta.
Yo: Voy, voy. 

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